Un rincón de Italia en el corazón de la Ciudad de México
¡Cocoliche … tu casa! Es el lema de este pequeño gran restaurante ítalo-argentino, abierto desde el 2008 en el centro de la capital mexicana. Un lugar donde puedes comer bien, admirar una expo de algún artista emergente y escuchar buena música en vivo al mismo tiempo.
La noche que conocí “El Cocoliche”
Conocí “El Cocoliche” una noche del 2015 porque un amigo, que conocía mi pasión por la música, alguna vez me dijo: “en la Juárez hay un recoveco increíble donde, una vez al mes, unos italianos se suben al escenario y tocan como los grandes. Por tres horas sientes como si estuvieras en una trattoria de Roma, una pizzería de Napoli o un bar de Milano al mismo tiempo! La gente come, toma, canta, baila y se divierte como en pocos otros lados”.
Esa noche fui a ver “los Anónimos Italianos” y fue el inicio de una larga historia de amor con ese lugar mágico, que a la fecha no se ha acabado. Desde aquella noche, el cocoliche es la casa de los italianos en México… ¡y mi casa también!
El “deus ex machina” es Paolo Marcellini. De Abruzos por nacimiento y romano de adopción, Paolo es el clásico mecenas amante de las artes. Músico de primera, ha tocado el bajo con muchos grandes artistas. Sergio Cammariere, Alejandra Guzmán, Alex Britti, Mijares, Ha Ash, Noel Schajris, Julieta Venegas, son solo algunos de los artistas con quienes ha compartido escenario a lo largo de 40 años de carrera, y con quienes sigue cuando el covid, el tiempo, el restaurante y su maravillosa familia se lo permite.
¿Cómo estas tú y cómo está el Cocoliche?
En lo personal bastante bien. Muchos cambios y algunas perdidas en este año que me han dolido mucho. En cuanto al Cocoliche milagrosamente sigue abierto (sonríe). Me gusta sentir que hay mucha solidaridad y el apoyo de la gente que nos quiere. No te niego que nos sentimos todavía en riesgo, sin embargo, seguimos con optimismo y esperanzados.
Cuéntanos, ¿quién es Paolo?
Como decía mi viejo amigo músico, Mandrake Som, Paolo es ciudadano del mundo. Me ha tocado así desde que tengo memoria: hasta mi padre me decía “El Gitano”. El fue director del liceo musical en Teramo y, de sus cuatro hijos, tres fueron músicos. Nunca fue a verme, solo cuando trabajé con el gran guitarrista De Paula venía, aun así sospecho que iba más bien a ver a Irio, porque “le recordaba la música portuguesa”.
“En la vida es importante dejar algo. El buen ejemplo, por ejemplo”
Soy tauro, un poco frío, rígido. No me gusta expresar mis sentimientos y tampoco aguanto mucho a la gente que se lamenta todo el tiempo. Por eso creo que tengo pocos, y muy buenos, amigos. La música me ayudó mucho para expresarme, permanecer y seguir adelante. Creo que en la vida lo más importante es dejar algo importante. Hacer cosas que se quedan. Lo mejor, para mi, es vivir para dar un buen ejemplo.
Cómo nace “El Cocoliche”
¿Por qué te viniste a México y por qué “El Cocoliche”?
Me casé con una mexicana. Nos vinimos a México cuando nació mi primer hijo. Mi hermano me alcanzó después con la idea de abrir un restaurante. Así le compramos a un argentino. Sin embargo, a los pocas semanas, el hermano se regresó a Italia, dejándome solo con el restaurante, hecho un desastre, sin ningún permiso, y sin nada de experiencia solo con un año en cocina a la época del servicio militar. Me costó mucho trabajo. Me tuve que meter de lleno y, poco a poco, con la ayuda de amigos, pude salir adelante.
El Cocoliche: Un Instituto Italiano de cultura “informal”
¿Qué es el Cocoliche para la comunidad italiana en México?
Es un importante punto de encuentro. Un “Instituto Italiano de Cultura informal”, donde llegar y encontrarse con los demás italianos y los amantes de nuestro País. Como restaurante quizás somos más argentino pero no faltan pasta y pizza. El plus es la música. Cuando podamos, me gustaría promover más canciones de “cantautores”, como Guccini, Dalla, Pino Daniele, De André, el progresivo italiano. La música italiana en México funciona. Quiero en mi cocoliche mucha música: trova los jueves, jazz los viernes, y música italiana los sábados…
Para cerrar, ¿cómo ves el futuro del Mundo, de México, Italia y, sobre todo, del Cocoliche?
Espero que nuestros hijos puedan vivir en un mundo mejor, sin embargo no soy nada optimista. Creo que serán afortunados si pueden vivir en un mundo como el nuestro. Eso sí: debemos hacer un gran esfuerzo en cuestión de política ambiental.
Italia y México, dos grandes Países con un triste destino en común
Por Italia estoy triste. Creo que hemos perdido esa característica de luchadores que nos había llevado al techo del mundo: hoy todos quieren todo y lo quieren ya. El día que decidamos otra vez ensuciarnos las manos volveremos a ser un gran País. México es un País de buena gente y buenos recursos, pero vive un mal momento, un poco como Italia. En cuanto al cocoliche, vive al día, ¡como buen mexicano! Nos ayudaría mucho que la comunidad italiana y las autoridades fueran un poco más atentas a lugares como el Cocoliche. Creo que son importantes porque promueven la cultura italiana. Más visibilidad nos ayudaría a nosotros, a los muchísimos mexicanos que aman Italia y a aquella mitad de italianos en México que ni conocen, todavía, el cocoliche…su casa.
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