Los ítalo-mexicanos, una comunidad tan escondida, pero con ganas de ser reconocida. El verde, el blanco y el rojo. Símbolos de nuestra unidad.
Italianos, Mexicanos e Ítalo-mexicanos
Hola, soy una ítalo-mexicana que está aquí para ayudar a dar voz a todos los ítalo-mexicanos que como yo, no olvidan sus raíces. A todos los ítalo-mexicanos que portan con orgullo las banderas de sus dos países. A todos los inmigrantes italianos que llegan a México con la esperanza de un gran futuro. Y a todos los mexicanos que deciden partir a mi bella Italia, pero sin olvidar a mi querido México.
Sólo tenía 9 años
Todo comenzó cuando tenía 9 años, mi madre llegó a casa con otro CD de música italiana. Yo no comprendía el por qué le gustaba tanto la música italiana. Así que, decidí averiguar sus extraños gustos. Le pregunté: – ‘’mamá, ¿por qué te gusta tanto la música italiana?’’. Ella respondió: – ‘’porque tu abuelo es italiano’’.
El día que lo entendí todo
En ese momento, recuerdo como si toda mi corta vida hubiera pasado por mi mente, como si de una película se tratase. Sentí como si me hubieran bajado el telón. Me llené de una alegría inmensa. Y fue hasta entonces cuando comprendí todas aquellas noches que mi abuelo pasó en la cocina preparando su apreciado spaghetti ‘’al olio’’ como él lo llama. Fue hasta entonces que comprendí la emoción y las danzas de mis tíos cada que escuchaban una canción italiana. Fue hasta entonces que comprendí tantas cosas. Y me sentí tan agradecida y afortunada de estar creciendo en una familia bicultural.
Descubriendo mi italianidad
Conforme fui creciendo, comprendí la importancia que tiene el conocer y aprender sobre mis raíces. Así que, comencé una investigación exhaustiva que me llevó años. En ese entonces, sólo contaba con un nombre, con dos apellidos y con la palabra ‘’Cosenza’’. Reuní fotografías, encontré videos e hice preguntas hasta cansarme. Finalmente, gracias a la modernidad, pude reencontrarme con mi familia italiana que por más de 50 años se creía perdida. Y lo más bello, fue que tuve la oportunidad de aprender el idioma y creo que es algo que todos, como ítalo-mexicanos, deberíamos hacer.
Crecí escuchando ‘’‘O sole mio’’, ‘’Funiculì Funiculà’’ y ‘’Torna a Surriento’’. Crecí entre comida italiana y veracruzana. Y crecí con los relatos de mi abuelo, de aquella Italia que se tuvo que dejar para poder tener un nuevo comienzo.
México y su gente brindaron grandes oportunidades no sólo a la familia de mi abuelo, sino a muchos más inmigrantes italianos que llegaron en grupos luego de la Primera y Segunda Guerra Mundial. México ofreció su territorio para que se formaran colonias italianas y que varias familias pudieran establecerse. Muchos inmigrantes, como mi bisabuelo, llegaron y siguen llegando solos, para encontrarse aquí, con su otra mitad.
Ítalo-mexicanos
Hoy en día, sé que hay muchos ítalo-mexicanos que así como yo, crecieron entre pasta y entre tacos. Que el no llevar el apellido italiano no se convierta en un impedimento para buscar y mantener viva tu italianidad. ¡Gracias México, por recibir a Italia con los brazos abiertos! ¡Gracias Italia, por elegir México para vivir!
