Tanto me han platicado sobre la película de Luca, que no podía dejar pasar el tiempo sin verla. Muchas preguntas y comentarios insistentes recibía, “¿ya viste la peli Luca? está pensada y animada en Italia, ¿cómo no la has visto?”, exactamente… ¿cómo no la he visto?.
Un sábado por la tarde, de esos días que puedes tranquilamente sentarte y ver una película, tomando un rico chocolate caliente y un delicioso cannolo, así decidí ver Luca.
Un pequeño pueblito en la Riviera Italiana
La trama es sobre dos niños (que en realidad son peces) muy curiosos que están ansiosos de salir a la tierra, hacen muchos intentos y siempre son descubiertos por sus padres quienes les prohíben estrictamente se acerquen a la orilla de la superficie, pero ellos como cualquier otro niño hacen caso omiso con tal de descubrir qué hay más allá de la superficie.
Así es como llegan a una costa de un pequeño pueblito de la Riviera Italiana en la que deben pasar desapercibidos para que nadie descubra su identidad real: como lo dije anteriormente, son peces, monstruos marinos y no humanos, extraños que no pertenecen a esa comunidad.
Así es como una bella amistad entre Luca y Alberto se desarrolla bajo los bellos paisajes italianos. Villas y calles estrechas llenas de vivos colores, no importa que sean animados, se disfrutan igual que si no lo fueran.
En esas hermosas calles y callejones románticos, Luca y Alberto tratan de conseguir una Vespa que es lo único que les falta para sentirse en plena libertad.
Divertidas vacaciones con humanos
Así, poco a poco se van relacionando con todo el pueblo, haciéndose amigos de una niña humana llamada Giulia y participando en un concurso para conseguir la Vespa que tanto anhelan. Todo esto, en plena complicidad de que nadie puede saber qué son en realidad.
Para ellos son unas divertidas vacaciones y disfrutan del pasar del tiempo sin prisas. Eso, junto con el ambiente de pueblito italiano, hace que toda la película tenga cierto tono encantador que acompaña gran parte del film.
Con todo ese contacto con los humanos, los amigos Luca y Alberto van descubriendo la vida fuera del mar, aprendiendo mucho de ella, y esto hace que la historia sea muy tierna.
No puede faltar el clásico padre italiano cocinando un rico spaghetti (que me hizo recordar al mío haciendo lo mismo cada noche), y los niños rodeando su cubierto con esa rica pasta y llevándola directo a su boca. Tan delicioso que al terminar la película, tuve que cocinarme algo parecido.
Me encantó que la banda sonora está plagada de canciones italianas. Eran unas ganas inmensas de introducirme a la pantalla y estar ahí viviéndolo en carne propia.
Gracias al creador de Luca
Yo me preguntaba, y ¿a quién le interesó hacer una película con temática italiana? pues obviamente a un italiano. Italiano que relata que mucha de su infancia está metida ahí en el film, y la relación de Alberto y Luca se basa en la de él y su mejor amigo cuando eran jóvenes, y muchas memorias también de su infancia como los veranos que pasaba en la Riviera.
Gracias Enrico Casarosa por esos bellos paisajes animados que nos hacen sentir que estamos justo ahí.
Nunca sabemos por lo que está pasando una persona. Seamos amables siempre. Ileana Zumpano.
Autor de imagen de portada: Disney and Pixar’s Luca Facebook
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