Valentina Buzzurro, la popularidad como responsabilidad social

Con poco más de veinte años, la siciliana Valentina Buzzurro se propone como una de las actrices jóvenes más importantes de México. En su pasado, y presente, películas importantes, series tv de culto, telenovelas super populares, música y mucho más. Y si esperan leer otra entrevista a la jovencita popular, guapa pero algo superficial, por favor paren aquí. Vale, además de ser tan bella como talentosa, tiene una gran preparación que une a una inteligencia, racional y emocional, muy poco común. Si a eso le agregas una ética del trabajo irreprochable y su tremendo compromiso con la sociedad, no es difícil prever para ella un camino muy, pero muy largo y exitoso.

Valentina Buzzurro nace en Agrigento y llega a México a los ocho años ¿qué recuerdos tienes de tus primeros años en Sicilia? me refiero no solo a hechos, sino también a sensaciones: el calor del sol en Agosto, el olor de la fruta, el ruido de los mercados locales, las campanas de la iglesia el domingo en las mañana, la comida de la abuela…

Síi, claro. Me siento privilegiada por la infancia que tuve, muy feliz y muy sana. Tengo todavía imágenes muy claras: yo corriendo en bici con mis primos, tratando de ganarles a los perros callejeros. La pasta al sugo de la nonna, el olor del aire. A la fecha, cada vez que voy a Italia, cuando bajo del avión, lo primero que hago es inhalar fuerte y suspender, por un momento, mi existencia, para revivir y disfrutar este olor único a mar, a aire fresco, a infancia.

Llegas a México muy joven y, casi de inmediato, decides inscribirte a una escuela de actuación. ¿Siempre quisiste ser actriz?

Siempre sentí la actuación como mi misión de vida. Desde pequeña me acuerdo obligar a toda mi familia a ver mis shows, y si alguien se levantaba ¡yo empezaba todo desde el inicio!. Actuar se volvió una necesidad aquí en México, cuando tenía once años. Sentí que ya no me alcanzaba con mi familia. Quería una cámara, un público, un reto más grande. Así que pedí a mis papás inscribirme a una escuela de actuación y, afortunadamente, accedieron de inmediato.
De hecho, entre de las cosas que más me sorprendieron llegando a México, fueron las tantas oportunidades que te ofrece esta gran ciudad. Pude estudiar, por ejemplo, gimnasia y clavados a nivel profesional. Eso me convenció que aquí todo era posible, y cuando finalmente entré a “casa azul”, nunca dudé que lo iba a lograr. Y a las dos semanas me contrataron para mi primera película, “Viento Aparte”…

Tus primeras experiencias en el cine fueron con películas mexicanas “de autor”. La primera fue “Viento Aparte”, que acabas de mencionar, de Alejandro Gerber Bicecci. Un “road movie”, que presenta un México real, duro y dramático. Sigue “El ombligo de Guie’dani” de Xavi Sala, historia de una niña indígena zapoteca que trabaja en un “Lomas” cualquiera de México y, finalmente, la tercera película, “Olimpia”, ganadora en el 2020 de un premio Ariel. Dirigida por José Manuel Cravioto, Olimpia cuenta la historia de tres estudiantes que quedan atrapados en la UNAM durante los días más difíciles del movimiento estudiantil del ‘68. ¿Qué crees que te dejaron estas tres películas que, a pesar de no estar hechas para el gran público, tienen un valor artístico, político e histórico importante?  

Me dejaron muy en claro el tipo de actriz que yo quiero ser: contar historias poderosas, con mucho respeto, mucho amor y mucha dedicación. La entrega y el estudio que se dedican a ese tipo de películas es total. Son películas que me llevaré en mi corazón y no voy a soltar nunca. Me enseñaron el respeto a mi profesión y a trabajar sin importar la fama, el dinero y el reconocimiento. Les deseo a cada actor tener experiencias como esta, que te forman tanto, humanamente y artísticamente…

Casi paralelamente llegan también las primeras apariciones en series importantes: “El señor de los Cielos”, “Luis Miguel” y “El candidato”, entre otras. Puros éxitos mundiales. ¿Qué se siente ser parte de fenómenos sociales, como lo es por ejemplo la serie de “Luis Miguel”?

Cuando llegué por primera vez al set de “El Señor de los Cielos”, vi un mar de campers, muchísima gente, mi camerino gigante: ¡estoy en Hollywood! pensé. Fue una experiencia totalmente nueva. Ahí te sientes privilegiado porque puedes llegar a más gente y al mismo tiempo actuar con artistas que admiras. En mi caso, tuve el honor de hacerlo con Óscar Jaenada, el Luisito Rey de la serie “Luis Miguel”.

Finalmente empieza la Valentina 3.0, la reconocida actriz de telenovelas. Empezaste muy bien con “Los pecados de Bárbara”, sin embargo, la notoriedad llega con las dos series siguientes, “Vencer el desamor” y “Vencer al Pasado”, al lado de estrellas como Daniela Romo, Sebastián Rulli, y muchos otros. ¿Qué diferencias hay entre ser actriz de series de primetime de 100 episodios por temporada en Televisa y hacer películas de cine de arte?

Hacer telenovelas ha sido el aprendizaje más grande y el regalo más bonito que me ha podido dar la vida. Por tres razones: la primera es que me ha dado una madurez técnica como actriz, ¡tengo el récord de 35 escenas en un solo día!. La segunda es que me enseñó a no tener preconceptos. Pensaba toparme con divas y me encontré con las personas más amorosas que puedas imaginar: Daniela Romo, Claudia Álvarez, Julia Urbini, Sebastian Rulli y otros. Eso sí: las telenovelas ponen a dura prueba tu pasión, por varias razones. El cansancio, el estrés, el ambiente; y porque debes llorar en 2 segundos o aprenderte textos larguísimos en pocos minutos ¡es muy difícil!. Contrariamente a lo que se pueda pensar, ¡hacer telenovelas no es para todos!.

La tercera razón es la que más atesoro: me ha dado la posibilidad de acercarme al público. De hecho, solo hasta que hice telenovelas me di cuenta del rol tan importante que tenemos nosotros actores en la sociedad. Para mi, la popularidad no fue el gran gozo que todos piensan, sino más bien, una oportunidad para concientizar sobre la gran responsabilidad social que tenemos. La posibilidad que damos a muchas familias de olvidar, por unos momentos, sus problemas; ver cómo eres el alivio para niños enfermos; constatar diario como hay niñas que se quedan horas afuera de televisa solo para un autógrafo tuyo. Todo eso y más, me hizo darme cuenta de cuánta responsabilidad tenemos con nuestro público. También por eso estudiaré más, trabajaré más y daré todo lo que tengo para no defraudarlos nunca.

Parece que tienes una vida en el mundo del espectáculo y apenas cumpliste 21 años. Además, a parte de ser tremenda actriz, bailas, cantas (apenas está arrancando tu carrera de autora e interprete); hasta te he visto imitar y hacer contorsionismo. Así que te pregunto: ¿quién es Valentina Buzzurro y a dónde quiere llegar?

¡Que difícil pregunta! diría que me considero una persona entusiasta, una hija de familia con valores, una actriz comprometida y una mujer muy empática. Un ser que espera lograr un cambio importante en la sociedad a través de su trabajo. En un futuro me veo involucrada, por ejemplo, en la cuestión de la educación infantil, que no es tan buena en este país. En lo profesional, con que lleguen historias poderosas, personajes entrañables y pueda interpretarlos con mucho amor, me doy por bien servida. Espero ser una actriz siempre más preparada y con más proyectos que valgan. Sé que puedo ser una gran actriz y me estoy preparando para eso.

Ahora es momento de soñar. Imagínate sentada en el Dolby Theater en la noche de los Óscares del 2030. Eres candidata a mejor actriz, junto con Meryl Streep (ella siempre está), Ellen Paige, Anya Taylor-Joy, Tilda Swinton y Viola Davis. Llegan Roberto Benigni y Natalie Portman para proclamar la ganadora: “the oscar goes to… ¡Valentina Buzzurro!” cuéntame tus siguientes dos minutos…

Uff! Lo primero que me viene a la mente es mi papá Giovanni, mi mamá Claudia y mi hermano Pietro. Tener una familia que confía en mí y en mi potencial es fundamental para llegar a ser quien soy. Inmediatamente después le diría a aquellos que están ahí afuera, que sí se puede, no importa la edad, ni de dónde vengas. Seguramente lloraría, agradeciendo a todas las otras actrices presentes y a Benigni, y decirles ¡cuánto los admiro!. Terminaría, finalmente, dedicando el premio a mi gran maestra de vida y mi todo: mi prima Montse, que desafortunadamente falleció hace poco…

¿Hay algo que no te haya preguntado y te gustaría agregar?

En realidad solo me gustaría decir algo a los jóvenes que quieren ser parte de este mundo. Acérquense a su teatro de la esquina, a cualquier escuela de actuación, ¡todas son buenas!, lean mucho, aprendan mucho. No se limiten porque para todos hay espacio y ¡ustedes son más grandes de lo que creen!.

En conclusión: un consejo para nuestra comunidad italiana en México

Algo que admiro de los italianos es que si encuentran otro paisano en el extranjero, a los cinco minutos ¡ya son hermanos, son familia! así que pienso que podríamos ser más unidos como comunidad. Hace poco platicaba con otra actriz, ¡de la cual no diré el nombre!, que, como yo, había dejado chiquita su País: – “Oye, ¿no te preocupa olvidar tus raíces, tu cultura, tus origines?” – le pregunté. – “A mi me vale!” – contestó. Pues a mi no me vale: para mi es fundamental la conexión con mi País de origen. Leo libros, veo películas, escucho música o youtubers en italiano todo el tiempo. A pesar de vivir en una nación tan bella, confieso tener nostalgia de mi País. Me gusta mucho cuando nos encontramos para conversar, cantar, pensar en italiano. Me gustaría que hubiera más ocasiones para hacerlo…