Giovanni Buzzurro: Talento y generosidad de un siciliano DOC

Giovanni Buzzurro es una extraordinaria persona, muy reconocida por la comunidad italiana aquí en México, gracias sobre todo a su talento. Exitoso músico siciliano, entre muchas cosas, ha tocado en más de 40 discos y ganado 5 Grammy Awards. Su currículum parece agenda telefónica de Tommy Mottola: Cheb Khaled, Juanes, Norah Jones, Anita Tijoux, Soledad, Diego el Cigala, Santiago Feliù, Tania Libertad, Roy Paci, Antonella Ruggiero, Filippa Giordano, Eugenia Leon, Emmanuel y Mijares, Camila y Juan Gabriel, solo son algunos de los artistas con los cuales ha trabajado.

Vive en Satélite, tierra de grande músicos como Café Tacuba y su gran amigo Fernando Delgadillo. Muy generoso y disponible, sus instrumentos (bajo/guitarra) y voz han acompañado en los últimos años muchísimos eventos de italianos, desde la “Festa de la Repubblica Italiana” del 2 de junio hasta el cumpleaños de su amigo. También es operador social y cultural muy activo en la comunidad italiana, y todo lo que hace es acompañado por una gran sonrisa y una mano tendida hacia quien sea que la necesite.

¿Nos describes a Giovanni de niño?

Seguramente fui un niño muy vivaz, observador, deportista (¡no engañe mi apariencia actual!) y con un gran amor por la amistad, para mi uno de los valores más importantes en la vida. Por supuesto, a los 8/9 años la música entró a mi vida y tomó el control. Mi papá, gran “melómano”, vio en mi y en mi hermano Francesco un talento por la música, así que empezamos a estudiarla para nunca más dejarla. Finalmente fue una niñez muy feliz, también porque Agrigento era una ciudad pequeña, tranquila, donde todos se conocían. Además el hecho de ser “el músico”, hacía de mi un chico muy popular y querido por todos.

¿Cómo empieza tu carrera de músico?

De niño en nuestra casa, se escuchaban las grandes orquestas de jazz, como Glenn Miller, Pérez Prado, Duke Ellington. Esto si fue algo raro: nosotros (mi hermano y yo) adolescentes éramos fans de Paco de Lucía, Carlos Jobim, George Benson, mientras nuestros amigos escuchaban Led Zeppelin, Pink Floyd etc. Aunque debo decir que, con los años, esta formación musical tan refinada para unos niños, nos abrió más horizontes musicales. Mi hermano mayor inició a tocar ya en serio con su pequeña guitarra, con la cual hasta dormía. Yo quise seguir sus pasos, pero él me sugirió comprar un bajo para poder armar un trío: Así empezaba, muy joven, mi carrera de bajista.

Al inicio nos tocó exhibirnos en fiestas, bodas, bautizos, primeras comuniones, cumpleaños etc.: eso me permitió tener un repertorio musical inmenso que, a la fecha, es de mucha ayuda. Después de unos años finalmente llegó el éxito con i Tinturia: con ellos llegué a tener mucha popularidad y a viajar en todo el mundo por casi 10 años, coleccionando experiencias maravillosas.

Desde la “Valle dei Templi” a “Valle de Bravo”

¡Eso fue un salto cuántico, si lo piensas bien! Conocí a mi esposa mexicana en Sicilia. En aquella época, Claudia era bailarina folklórica en tournée en Italia y un amigo en común nos presentó. Nos casamos y después de 10 años en Italia, en los cuales tuvimos a nuestros dos hijos, Valentina y Pietro, la nostalgia de México apareció. Con algunas dudas, pero convencido que la familia viene antes que todo, dejé los Tinturia y nos mudamos a México. El año que seguí, fue el más difícil de mi vida.

De artista reconocido, exitoso y querido por todos, pasé a ser un perfecto desconocido de un día para el otro. Tuve que empezar otra vez desde cero. Pequeños bares, locales de trova, donde afortunadamente hubo artistas que me apoyaron, como Rodrigo Rojas, Leonel Soto, David Aguilar, Edgar Oceransky y que, a la fecha, siguen siendo parte de mi vida profesional y personal. Todo cambió durante un festival de Cubre Tajin en Veracruz cuando, después de haber tocado, Celso Duarte, gran músico, que en esa época era maestro del grupo de la grande Lila Downs, se me acercó para pedirme si quería tocar con ellos.

Finalmente regreso a mi lugar…

El debut fue algo inolvidable: tocamos en el Bicentenario del 2010 en el Ángel antes de los Tigres del Norte. ¡Hay quien dijo que había casi un millón de personas en las calles!
Desde aquel momento mágico, mi vida de músico profesional retomó la dimensión que yo esperaba y a la fecha sigo tocando muy felizmente con Lila, una artista enorme muy apegada al folklore, pero al mismo tiempo abierta a las novedades y a las aportaciones de nosotros músicos, que venimos de Italia, Perú, Paraguay, USA, etc.

También sigo acompañando a Fernando Delgadillo, para mi un gran poeta, orgullo de México, y mis amigos de siempre como Rodrigo Rojas, Leonel Soto y muchos más. A parte me gusta producir nuevos artistas y también hacer mi propia música, sobre todo soundtracks. Por ejemplo, pueden escuchar mis composiciones en “Gringa”, una gran producción americana que se estrenará el próximo diciembre, y en la telenovela “Vencer el Pasado”, que está pasando en estos días por Televisa. En fin, me gusta tener los horizontes, la mente y el corazón lo más abiertos posible.

Giovanni, ¿cómo vives esta época de “música urbana”?

Confieso que es algo deprimente que viene desde lejos: desde que en los ’90, las grandes disqueras pasaron de la mano de los músicos a empresarios “tiburones”, que dieron prioridad al mercado, marcando el fin de una época. Dicho eso, considero que es nuestro deber tomar las nuevas estrategias de la industria discográfica como un desafío y una posibilidad para marcar una diferencia: escribir algo sencillo que le guste a todos no es nada fácil y ¡el éxito para mi siempre será un misterio! Hay artistas muy talentosos desconocidos así como personas con un gran éxito que no hay cómo explicarlo…

Lo cierto es que la autenticidad y la honestidad es clave en nuestro trabajo y que siempre paga. Además, no todos los artistas buscan solo fama y dinero. Hay quienes han tomado una decisión de vida muy respetable, que no incluye estar recorriendo a toda costa el éxito, sino hacer algo que los gratifique más como artistas y como seres humanos. En lo personal, soy muy feliz porque vivo de la música y he podido dar varias vueltas al mundo, conocer gente extraordinaria, haciendo algo que amo.

Pasando a otro tema Giovanni, ¿cómo ves la comunidad italiana en México hoy?

Para ser honesto, la veo algo disgregada, alejada. Hay varias personas que trabajan para intentar juntarnos. Yo mismo, hace unos años, hice un grupo con Paolo Marcellini y Luis Huerta, ”Los anónimos Italianos”, para juntar a la comunidad italiana, con un buen éxito, alrededor de una pasión común como nuestra música popular. Sin embargo, en mi experiencia he observado que quizás no somos un pueblo que anhela tanto, como otros, juntarnos. Tampoco ayudan las distancias enormes entre nosotros y el trabajo que, a veces, nos absorbe totalmente.

A pesar de eso, déjame decirte que nuestra comunidad sigue siendo una que produce, trabaja y contribuye y de eso estoy muy orgulloso. Amo Italia y me gustaría hubiera más ocasiones, manifestaciones culturales y sociales para vernos y estar juntos.

Por último: algo que no te pregunté, ¿qué te gustaría agregar?

Creo que no hablamos mucho de la familia. La familia es, para mí, el pilar más importante de mi vida. Cuando vienes de una familia fuerte, con una gran educación, instrucción y valores, todo es más sencillo después. La vida del músico puede llegar a ser muy complicada. Puedes estar lejos de casa meses por trabajo. Sin embargo, tener una familia con principios sólidos, que te quiere y te apoya, lo hace todo más fácil. Por eso cada premio, cada logro profesional, lo comparto con mi esposa y mis hijos, porque sin ellos nada sería posible.

^{La imagen en evidencia es de Giovanni Buzzurro}